El propio Joseph Pilates decía “trabajar, hacer ejercicio y relajarse“. El repertorio de Pilates siempre incluye “pausas activas”. Son ejercicios en los que se llega a descansar mentalmente pero se sigue moviendo, fortaleciendo, tonificando o estirando. Pero, por supuesto, también debes regenerarte activamente de vez en cuando en tu vida cotidiana. Por ejemplo, salir a pasear, que favorece la circulación sanguínea, y puede relajarse tanto física como mentalmente. Durante estas fases, los productos metabólicos pueden descomponerse y las reservas de nutrientes pueden reponerse. Además, el tejido celular utilizado se “renueva”. La regeneración pasiva también es importante: no haz nada por una vez, duerme bien o relajate escuchando tu música favorita.